Cuando se trata de la distribución de productos, el embalaje juega un papel fundamental, en el proceso de transporte, además te ser una herramienta muy utilizada de marketing para atraer la atención de los consumidores.
En el sector logístico, se debe entender que la elección va más allá de la utilidad de una simple protección de la mercancía, o de una cuestión de imagen.
El almacenaje y la distribución de las mercancías puede tener un alto coste para una empresa. Elegir el embalaje de los productos es una cuestión estratégica que no puede pasarse por alto para poder optimizar su almacenamiento y reducir costes.
Selección del Embalaje y empaquetado de mercancías
Lo primero que debemos saber es que hay diferentes tipos de embalajes:
El embalaje primario que está en contacto directo con el producto, otro que agrupa varios empaquetados de unidades primarias, conocido como embalaje secundario y, por último, el que agrupa tanto primarios como varios grupos de secundarios para crear paquetes de carga mayores, este último se conoce como embalaje terciario.
Como sucede habitualmente en el sector de la distribución, esto tiene que estar debidamente definido por la Directiva de UE 94/62/CE, donde se recoge toda la información necesaria y relevante, como las características del contenido, la fragilidad del paquete, código de barras, peso, sello de la empresa, etc…para todo ello es imprescindible contar con software de diseño e impresión de etiquetas logísticas para cumplir con los estándares legales, del cliente y de calidad.
Tipo de packing en el sector de la distribución
La elección del tipo de embalaje depende del tipo de producto, su transporte, fragilidad o requisitos de almacenamiento, así como las regulaciones y normativas actuales. Un packing eficiente sirve para proteger los productos, pero también para optimizar los procesos logísticos, reduciendo los daños durante el transporte y mejorando la experiencia del cliente al recibir los productos en condiciones óptimas.
A continuación, describimos los tres tipos más comunes:
Embalaje primario
El embalaje primario es aquel que está en contacto directo con el producto, tiene como función principal la de mantener en óptimas condiciones el producto.
Encontramos diferentes materiales como: latas, bolsas, vidrio, tetra brik…
Además, si nos referimos a productos de alimentación, debemos entender que este embalaje contiene información importante para el consumidor. Tiene que mostrar la fecha de caducidad, los ingredientes… y no podemos pasar por alto la seguridad de los clientes y el aislamiento de la mercancía.
Su principal objetivo es contener y proteger el producto agentes externos como daños, humedad o deterioro durante su manipulación y almacenamiento. Además, el embalaje primario debe ser atractivo visualmente y comunicar eficazmente la información relevante del producto.
Embalaje secundario:
Tal como hemos comentado anteriormente, para poder repartir las mercancías se crean grupos de unidades que formen un embalaje mayor. Esto está pensado, para poder transportar más unidades de producto a los puntos de reparto y optimizar costes.
Como ejemplo encontramos, principalmente, las típicas cajas de cartón corrugado, bandejas de plástico y envoltorios retráctiles, que incluyen varias unidades primarias.
Este tipo de empaquetado nos permite apilar más unidades de producto en el almacén y facilitar la manipulación y el transporte eficiente de los productos.
Por lo tanto, se debe tener muy en cuenta la resistencia del material elegido y la forma cómo se deberá apilar.
Si este embalaje se mostrará directamente en un punto de venta, deberá tener un diseño más o menos atractivo para el consumidor final.
Embalaje terciario:
En el embalaje terciario, debemos tener en cuenta cuántos paquetes contienen varias unidades de producto, con esto se hace una previsión de cómo se transportará la mayor cantidad de mercancía, sin que se deteriore durante la manipulación y el apilado.
El objetivo principal es que la distribución y el cuidado del producto no produzca una pérdida de dinero para la empresa.
Los pallets, contenedores de transporte y envolturas de plástico son ejemplos comunes de embalaje terciario.
Además de salvaguardar los productos, el embalaje terciario está diseñado para facilitar la carga y descarga eficientes, y optimizar el espacio en los medios de transporte.
Reducción de costes
Es importante diferenciar entre costes directos e indirectos, si nos centramos en la distribución de productos, los costes indirectos son aquellos que tienen que ver con el trasporte, entrada o salida del almacén, manipulación o las roturas de productos durante su transporte, el peso de cada unidad de producto, la fragilidad, incluso si se requiere de temperatura controlada.
Para las empresas de distribución y logística, el embalaje que más importa es el secundario y terciario, por eso es imprescindible saber cuántas unidades dispondrá cada embalaje, para poder optimizar el transporte y almacenaje de la mercancía.
Dependiendo del tipo de embalaje primario, tomaremos precauciones en cuanto al peso que se puede apilar, cuánto tiempo permanecerá la mercancía en el almacén, a qué temperatura deberá estar, la humedad del ambiente, etc.
¿Qué diferencia hay entre picking y packing?
Los términos picking y packing, se han instalado en el vocabulario logístico global e identifican grupos de tareas que tienen lugar en todo almacén o centro de distribución, ambos procesos pertenecen al sector logístico, pero son procesos diferente de la vida de mercancías dentro de un almacén.
En primer lugar, el picking en un almacén es previo al packing. El picking es la recogida de un pedido, planificación recogida o extracción y verificación para su posterior preparación, esta preparación de producto o pedido se denomina packing, haciendo referencia al proceso de acondicionamiento, selección verificación y empaquetado de los pedidos para su posterior expedición.
En almacenes cuyo volumen en preparación de pedidos es importante, es común encontrar a unos operarios encargados de realizar las tareas específicas de picking (extracción y desplazamientos) y a otros del packing (verificación y remate del empaquetado), ahorrando tiempo en desplazamientos, de forma que el ciclo de preparación de pedidos no se detiene en ningún momento.
El picking y el packing suelen ser tareas consecutivas, aunque es posible aproximarlas en el tiempo si se usa el método pick-to-box. Para que la coordinación sea precisa es necesario hacer uso de un sistema de gestión de almacenes.